jueves, 23 de octubre de 2014

EL RETROVISOR : Recordando la estancia en Hijar, del maestro de musica, Don Tomas Aragues, entre 1925 y 1934.

                                                                

                                                          
Hoy en nuestro " Retrovisor ", queremos recordar la estancia durante unos nueve años, en nuestra localidad, del gran maestro musical Don Tomas Aragues, que fue contratado por el Ayuntamiento de Hijar, en el año 1925, cuando tan solo contaba 23 años de edad, con el encargo de enseñar música y formar una banda municipal, con la que amenizar los actos solemnes y populares de la localidad , uso tal empeño en la tarea, que para las fiestas de septiembre de ese mismo año consiguió que 22 de sus alumnos, uniformados, interpretasen algunas piezas. 

Permaneció en nuestra localidad , hasta 1934, dedicado a la enseñanza y mejorando notablemente las interpretaciones del conjunto musical, hasta que los representantes municipales de la época, al amparo de una nueva ley sobre la materia, pero sobre todo por motivos económicos, acordaron suprimir la partida destinada a esas tareas.

Al considerar Aragüés que no se habían respetado las condiciones de su contrato, llevó a cabo las reclamaciones pertinentes ante la justicia que, aun fallando a su favor, no consiguió el reconocimiento de la deuda moral y económica por parte del ayuntamiento hijarano, hasta que el Tribunal Supremo dictó la última palabra en 1947, después de la obligada demora por causa de la Guerra Civil.  Después aprobó unas oposiciones y se fue a Baracaldo, donde fallecio en el año 1956 , dejando un gran recuerdo en nuestra localidad .

La personalidad de Tomás Aragüés destaca, sobre todo, como compositor, con una obra amplia y variada. Incluye una decena de zarzuelas Buscar voz...: El patrón (1930), Flor de verbena (1942), Percal y mahón, de ambiente baracaldés (1946), Pinocho en el bazar, zarzuela infantil (1947), El mesón de la alegría (1947), Gente de Cuchilleros (1949), Inmaculada y Reina (1954), El gran teatro del mundo, música para el auto sacramental de Calderón, La zagala del Pinar, obra inconclusa y La estrella de Madrid (1951). Su obra sinfónica comprende El 21 de abril, suite (1926), Obertura de concierto (1935), Tríptico hispano, suite (1944) y San Ignacio de Loyola en Aránzazu, poema sinfónico, obra póstuma (1956). Esta última fue ofrecida en primera audición por la Orquesta Buscar voz... Sinfónica de Zaragoza bajo la dirección de Dimitri Berberoff, el 25 de enero de 1959.

Deben sumarse, asimismo, diversas composiciones para orfeón; y entre la música religiosa se cuentan tres misas: Misa «Sinite parvulos ad me», seis voces mixtas y órgano (1946), «Misa ite ad Joseph», a tres voces graves y órgano (1955) y Misa en honor de Nuestra Señora de Aránzazu, cinco voces mixtas y órgano (1956), así como varios himnos. Por último, pero no menos importante, Aragüés es también autor de algunos pasodobles y marchas para banda, de los que destacamos los títulos Cantares baturros, jota de concierto (1943), Del Bajo Aragón, jota (1945) y Por tierras de Albarracín, rapsodia turolense (1950), con los que rindió homenaje a su tierra natal.

En 1929, Tomás Aragüés contrajo matrimonio con Catalina Bernard, natural de Albalate del Arzobispo, enlace del que nacieron tres hijos, Francisco, Tomás y José Manuel, todos interesados por la música, especialmente los dos primeros, que de forma conjunta o individual son autores de diversas composiciones de interés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario