Hoy he estado en el convento mejor
dicho en lo que fue convento. Si estas
ruinas pudieran hablar llenarían un montón de libros, solo con mis recuerdos
serian suficientes para llenar uno. Que bonito era el convento, lo recuerdo
bien y cierro los ojos y me imagino como era entonces.
Al entrar desde la carretera que va a
La Puebla de Hijar, por el camino que hay frente al de “ La Loma de Montesinos
“ se llega al convento, a unos cien
metros de la carretera, en este camino había una cruz de piedra en la cual se
daba la vuelta cuando se hacia alguna procesión en el convento, desde la cruz
se han hecho cientos de fotografías, se ve con todo su esplendor, de frente, la
fachada frontal de la iglesia del convento, que maravilla. A poco mas de la altura del nivel de la gente
superior de la puerta de entrada a la iglesia había tres hornacinas, en la del
centro estaba la Virgen María y en las dos laterales una figura en cada una de
las dos, serian santos . En otro nivel
superior había otras dos hornacinas en las que yo siempre las conoci vacias, en
el centro de estas dos hornacinas había un ojo de buey gradisimo que daba luz
al interior del coro. Ya en la parte
superior de la fachada había un campanario, en forma de cuadrado en su base.
La iglesia tenia seis cajillas, las
dos más cercanas al altar mayor no tenían altar como las otras, solo en la
derecha había una predicadera, en su parte mas saliente y en una misma ladera
la siguiente capilla era de la Divina Pastora, esta capilla siempre he creido
que se construyo con la venta de la colección de los sellos de Fray Joaquin,
aunque Mariano Laborda dice que el altar que se compro fue el del santo Cristo,
la verdad es que era precioso. La Divina
pastora se veía iluminada en el centro de la iglesia y hacia un efecto precioso. Los demás santos que había en las capillas
eran El sagrado Corazon de Jesus, la Inmaculada, San Francisco, san Luis Rey de
Francia, santa Isabel, y el Santo Cristo.
Digno de mencionar el retablo del altar mayor de talla de madera, gotico
y con la Reina de los Angeles en el centro, con San José y San Antonio, uno a
cada lado. Cosa importante es decir que
todas eran de talla de madera, menos la Divina Pastora, realizada por los
frailes. Delante de este altar mayor
montaban en Navidad el belen, con gran admiración de niños y mayores.
Junto a la parte izquierda de la
fachada de la iglesia estaba la puerta de entrada a las dependencias del
convento, el portero era Fray Joaquin, seguido a la portería había un pasillo
con salida al exterior pero dentro del recinto.
No se explicar la situación de todas, solo citare una paralela a lo
largo del pasillo, había una sala grande con ventanas a la huerta, en ella se
daban clases, se hacían reuniones, servia de comedor para desayunar los días de
“Adoración Nocturna “.
Fuera de las dependencias estaba el
frontón de pelotas y para jugar al futbol , también había unas bodegas
gradisimas y un taller de carpintería, tenían colmenas, etc… Fray Bernardo era el hortelano, es uno de los
frailes que más recuerdo con más cariño.
Se destruyo el convento, se fueron
los frailes y solo nos queda el recuerdo con nostalgia de todas las muchas
horas que he pasado en él. En mayo
cantando en el coro por la tarde, nos daban para merendar, pan con miel o
mermelada elaborada por los frailes. Lo
recuerdo y lo veo como si fuera ayer, al Convento de Nuestra Señora de Los
Angeles.
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