domingo, 4 de agosto de 2024

DOCUMENTOS ESHIJAR : La oracion funebre a S.M el Rey D. Alfonso XII, predicada por Don Florencio Jardiel, en el año 1885.







 En el día de hoy, en nuestra sección " Documentos eshijar ", les mostramos el libro que se edito en el año 1886, sobre la Oración Funebre a S. M El Rey, Don Alfonso XII, predicada por Don Florencio Jardiel, en la Real Maestranza de Caballeria de Zaragoza el 22 de diciembre de 1885.

El libro de 30 paginas, se edito por el establecimiento topografico de los Hermanos Comas, en la Calle del Coso 188 en Zaragoza.

sábado, 24 de febrero de 2024

PATRIMONIO DE HÍJAR DESAPARECIDO (1) . MONUMENTOS , OBRAS MAESTRAS DE HIJAR , QUE SE PERDIERON PARA SIEMPRE. Autor : Enrique Garralaga Robres.

 

Pocas veces pensamos en lo riquísimo que tuvo que ser el Patrimonio Artístico y Documental que atesoraba la Villa de Híjar, como corresponde a un importante núcleo de población, que además fue sede de una de las casas nobles más influyentes de Aragón y de España. Sin embargo, lamentablemente, Híjar ha perdido una gran parte del importante Patrimonio Artístico del que gozaba en tiempos pasados. Tengo la intención de escribir una serie de artículos, para recordar algunas de estas pérdidas patrimoniales, que irán apareciendo próximamente.

Los meses iniciales de la Guerra Civil española, a partir de julio de 1936, fueron momentos absolutamente trágicos, en los que se destruyó una parte muy importante del  Patrimonio Histórico y Documental de la Villa de Híjar y de las poblaciones cercanas. Y por si fuera poco, a esta pérdida de tesoros artísticos de valor incalculable, se unió también la pérdida de muchas vidas humanas. Comenzamos esta serie de artículos dedicados a las pérdidas irreparables de nuestro Patrimonio, recordando uno de los monumentos que desapareció en aquellos días. Está dividido en dos partes.


EL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES DE HÍJAR (Primera parte).-

Al hablar de la quema y destrucción del Convento de Híjar, enseguida nos viene a la memoria el edificio que todos recordamos en ruinas, que vemos en la siguiente fotografía. Los muchos años transcurridos desde su incendio en 1936, todavía no han conseguido derribar sus muros exteriores, que aún resisten en pie.


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Esta imagen del Convento, tan familiar, nos despierta inevitablemente una sensación de nostalgia. Nuestros padres y abuelos lo han conocido en sus buenos tiempos, cuando estaba habitado por los frailes capuchinos. Les hemos oído contar que entonces lo visitaban a menudo muchos hijaranos, bien para acudir a ceremonias religiosas, o bien para que recibieran clases los niños, o por otros motivos, tales como la simple amistad o las relaciones de buena vecindad con los frailes.

Pero no era esta misma imagen del Convento la que guardaban en sus recuerdos los hijaranos que vivieron antes del año 1902. No olvidemos que el primitivo Convento no era éste, sino el que fue fundado en 1524 en este mismo lugar por D. Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano, para entregarlo a los frailes Franciscanos, con el nombre de Convento de Nuestra Señora de los Ángeles. Se cree a su vez, que es probable que antes de 1524 ya existieran aquí las ruinas de algún otro edificio religioso, todavía más antiguo, del que no se sabe casi nada.

¿Cómo era la fachada de este primer Convento? ¿Era muy parecida a la del Convento actual, que también está ya en ruinas? No he podido encontrar fotografías, dibujos ni reproducciones gráficas del Convento fundado en 1524. Si alguno de los lectores las tiene, le agradecería que me lo comunique a través de los comentarios a este blog.

Ni tan siquiera quedan las ruinas completas de este primer edificio. Desde 1524 hasta 1835 estuvo habitado ininterrumpidamente por los Franciscanos, pero en este último año se obligó a los frailes a abandonarlo, a causa de la desamortización de los bienes de la Iglesia, decretada por el Ministro Mendizábal. Con el paso del tiempo, al quedar definitivamente deshabitados, tanto la Iglesia como el edificio del Convento, se fueron deteriorando cada vez más; por lo que a pesar de que desde 1841 hasta 1858 volvieron a estar habitados por unas monjas Clarisas, también éstas tuvieron que abandonarlos, porque amenazaban ruina. En este estado tan lamentable continuaban en 1902.

En ese año se demolió el antiguo Convento. He oído decir que se aprovecharon algunos de sus bloques de piedra sillar para la cimentación y primer piso de las antiguas escuelas y del colegio que hay en la cuesta de la Abadía, que se estaban construyendo entonces; lo que no es de extrañar, porque la reutilización de materiales de construcción es una constante en todos los tiempos y en todos los lugares.

En 1903, en el mismo lugar que había ocupado el antiguo Convento, se comenzó a reedificar uno nuevo. Su construcción fue costeada por los vecinos de Híjar, que aportaron dinero, jornales, caballerías, herramientas, materiales, etc. Tras la autorización del Arzobispado de Zaragoza, fue bendecido e inaugurado en 1904, y a partir de entonces lo habitó una comunidad de Padres Capuchinos.

Constaba de una Iglesia y del edificio conventual adyacente, que tenía un claustro, sobre el que se situaban las celdas que habitaban los religiosos, más una sala de visitas y una biblioteca. Al igual que el Convento antiguo, el nuevo siguió disfrutando del privilegio de riego para su huerta que le había sido concedido por su fundador en el siglo XVI.


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También nos han llegado algunas descripciones escritas y fotografías de cómo era su interior. La imagen de Nuestra Señora de Los Ángeles presidia el Altar Mayor, con San José y San Antonio, uno a cada lado de ella. En las capillas laterales, estaban las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, de la Inmaculada, de San Francisco de Asís, y de Santa Isabel, talladas en madera por los propios frailes. También había una imagen de la Divina Pastora, esculpida en piedra. 

Existen bastantes testimonios escritos, muchos de los cuales se han podido leer en el blog “eshijar”, sobre varios aspectos de la vida conventual y sobre las buenas relaciones que existían entre los frailes y los vecinos de Híjar. Fueron redactados a partir de los recuerdos personales de muchos hijaranos, que habían sido alumnos de los Capuchinos en este Convento. Algunos de estos frailes todavía hoy son muy gratamente recordados.

Pero la nueva Iglesia y el nuevo Convento tuvieron una corta vida; tan solo desde 1904, año de su inauguración, hasta el trágico verano de 1936, cuando los milicianos anarquistas que ocuparon Híjar los incendiaron y destruyeron; así como todo lo que ambos edificios contenían: las imágenes, objetos, ornamentos y vestiduras litúrgicos, libros, documentos, muebles, cuadros, etc. Todo ardió. La mayor parte de los frailes pudo escapar a tiempo, gracias a la ayuda prestada por algunos vecinos de Híjar.

Este edificio ya no se reedificó después de la guerra, por lo que el paso del tiempo ha ido arruinándolo todavía más. Vemos en las fotografías siguientes el aspecto actual de la Iglesia y el del Convento. Comprensiblemente, es inevitable un sentimiento de tristeza cada vez que se vuelve a pasar por aquí. Tristeza, sobre todo, porque no fue una catástrofe natural la causante de tanta destrucción, sino otra peor: el odio entre españoles, que también ocasionó la pérdida de muchas vidas humanas.


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Intentando dejar atrás el recuerdo de aquellos acontecimientos tan nefastos, la segunda parte de este artículo estará dedicada al primer Convento, aquél que fue fundado en 1524 y derruido en 1902, y de cuyo edificio ya no queda nada. Parece ser que contenía notables Obras de Arte. Que se sepa, había al menos en su interior, los dos sepulcros, magníficamente tallados en alabastro en el siglo XVI, de su fundador, D. Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano y de su esposa. Algunos autores los han atribuido al gran escultor Juan de Lyceire. Sorprendentemente, tras varios avatares, y a pesar del mucho tiempo transcurrido, aún queda algo de ellos, como veremos en la segunda parte.


Autor : Enrique Garralaga Robres.

PATRIMONIO DE HÍJAR DESAPARECIDO (2) . MONUMENTOS , OBRAS MAESTRAS DE HIJAR , QUE SE PERDIERON PARA SIEMPRE. Autor : Enrique Garralaga Robres.


 EL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES DE HÍJAR (Segunda parte).-

Comentaremos ahora lo poco que se conserva del primitivo Convento, aquél que se construyó en 1524 y que se demolió en 1902, y del que ya no quedan ni sus ruinas. Contenía algunas Obras de Arte muy importantes, todas ya perdidas, excepto quizá solo una. Se sabe con seguridad que contenía el magnífico sepulcro de su fundador, Don Luis Fernández de Híjar, una extraordinaria Obra Maestra tallada en alabastro.

Aunque fue restaurado, el sepulcro está muy incompleto; sólo queda de él una de sus dos paredes laterales. Por su magnífico aspecto y por su belleza y vistosidad, en 2014 formaba parte de una exposición permanente de Arte Reacentista en el Hotel Alcázar de Sevilla, aunque su propietario era un particular. No sé si aún sigue expuesto allí; pero en la página Web de dicho hotel aparecen varias fotos de su interior, y en algunas de ellas se ve esta magnífica Obra Maestra. Hay que reconocer que aunque este sepulcro fue esculpido para uso funerario, es de tal belleza y perfección, que no desmerece en absoluto, aunque lo veamos fuera de su contexto, con finalidad decorativa.


Ver las imágenes de origen


Esta pared lateral no contiene ninguna inscripción. Es posible que las hubiera en alguna de las otras paredes laterales, no conservadas. Para situar adecuadamente este sepulcro en su época, y conocer por qué, a pesar de no contener ninguna inscripción, se le atribuyó a D. Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano, recordemos algunos datos relativos a los Duques y Señores de Híjar:

  • En 1268, aún no existía el título nobliario de Duque en ninguno de los Reinos de España. El Rey de Aragón Jaime I el Conquistador concedió el título de primer Señor de Híjar a un hijo ilegítimo suyo, que tomó el nombre de Pedro Fernández de Híjar. Se casó con una hija, también ilegítima, del Rey de Navarra, por lo que ambos adoptaron para su estirpe un escudo de armas que contenía la enseña de los Reyes de Aragón (las barras rojas sobre fondo dorado) y la de los Reyes de Navarra (las cadenas sobre fondo rojo), distribuidas en cuatro divisiones , llamadas “cuarteles”.











  • Dos siglos después, en 1483, el Rey de Aragón Fernando el Católico concedió al VII Señor de Híjar, D. Juan Fernández de Híjar y Cabrera, un título recién creado, que era y sigue siendo el más alto posible para la Nobleza de toda España, el de Duque. En consecuencia, el que ya era VII Señor de Híjar, desde ese momento fue también primer Duque de Híjar, por lo que al escudo de armas tradicional de su familia, le sobrepuso la Corona Ducal. Posteriormente, dicho Rey le otorgó también los Ducados de Aliaga y Lécera.






  • Sus dos sucesores, los VIII y IX Señores de Híjar, no usaron ninguno de los tres títulos de Duque, ni tampoco la Corona Ducal sobre su escudo. Algunos autores opinan que al ser éste un título nuevo en Aragón, no creían que fuera hereditario. Pero las razones no están del todo claras, como veremos. El siguiente heredero, es decir, el X Señor de Híjar, D. Juan Francisco Cristóbal Fernández de Híjar y Fernández de Heredia, sí que volvió a utilizar el título de Duque (segundo Duque de Híjar), que le confirmó el Rey Felipe II, y ya hicieron lo mismo todos sus demás descendientes hasta el actual titular del Ducado, D. Alfonso Martínez de Irujo (décimo octavo Duque de Híjar).


  • Volvamos ahora al IX Señor de Híjar, es decir, el segundo de los dos a los que, o no se les permitió, o no quisieron ser Duques. Se llamaba D. Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano. Nació en 1495, y en 1517 heredó el Señorío de Híjar. En su época ya existían constantes litigios por las aguas de riego del Río Martin, entre Híjar y Albalate. Está documentado que, junto a su gente, Don Luis mantuvo por este motivo fuertes altercados, incluso con armas, con los partidarios del Señor de Albalate, que era el Arzobispo de Zaragoza Don Juan de Aragón, quien le excomulgó. Era este Arzobispo un nieto ilegítimo del rey Fernando el Católico, y por lo tanto, era también pariente en segundo grado del Emperador Carlos I, quien tuvo que intervenir en 1522 para acabar imponiendo paz en  este asunto, así como la absolución de D. Luis.


  • En 1517, D. Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano trajo a Híjar a los Franciscanos, y les entregó la Sinagoga judía, hoy llamada de San Antón, abandonada desde 1492, para que la habitaran temporalmente y la convirtieran en ermita. En 1519 les encargó la organización de la que llegaría a ser nuestra famosa Semana Santa. El Convento lo terminó y entregó a dichos frailes en 1524. Naturalmente, a su muerte en 1554, se le enterró en la Iglesia del mismo. Su sarcófago, como hemos visto, fue magníficamente tallado en alabastro. Es una maravilla de estilo renacentista, atribuida a Juan de Liceyre, que a su vez fue discípulo y colaborador del gran Damián Forment, uno de los mejores y más afamados escultores de todos los tiempos.



  • Si en la fotografía anterior de dicho sepulcro, ampliamos los detalles de su escudo de armas, comprobaremos enseguida que allí está la enseña familiar de los Fernández de Híjar (las barras de Aragón y las cadenas de Navarra, en 4 cuarteles), rodeada por una bonita guirnalda de flores y otros ornamentos. Pero D. Luis Fernández de Híjar no se consideraba Duque, sino Señor de Híjar; por lo que en lugar de sobreponer la Corona Ducal a su escudo, colocó orgullosamente la insignia del gran Rey de Aragón Jaime I el Conquistador, del que era descendiente. Este emblema consiste en un yelmo coronado por un murciélago, como vemos en la fotografía anterior. Fue este hombre un personaje muy interesante, de quien se hablará más extensamente en el artículo dedicado al Castillo de Híjar.


  • Una confirmación más de que este sepulcro perteneció a D. Luis Fernández de Híjar la tenemos en una fotografía del año 1902, tomada cuando aún no se había derribado el antiguo Convento. En ella se aprecia claramente la citada pared lateral del sepulcro, así como sus dos caras anterior y posterior, y otros fragmentos menores, dispersos por el suelo. También vemos que D. Florencio Jardiel señala con un paraguas la estatua yacente de un Caballero que viste una armadura, que lógicamene representaría al difunto D. Luis Fernández de Híjar y estaría colocada sobre su sepulcro. Lástima que se la vea algo rota y mutilada, porque es de suponer que sería de tan extraordinaria calidad como el resto de lo que se ha conservado. Desconozco cuál fue su paradero.


Ver las imágenes de origen


En 1902, las autoridades municipales comunicaron a los Duques de Híjar su decisión de demoler las ruinas del antiguo Convento, para que se hicieran cargo de las sepulturas de sus antepasados. No hubo respuesta. Los restos humanos fueron a la fosa común, y los restos escultóricos se vendieron por poco dinero. De esta forma salieron de Híjar y fueron a parar a sus actuales poseedores.

Cabe preguntarse qué otras Obras Maestras habría en el viejo Convento. Se sabe que la viuda de D. Luis Fernández de Híjar y Ramírez de Arellano, a su muerte en 1565 fue enterrada también en este Convento, y parece lógico suponer que su sepultura no desmerecería de la de su marido. Pero todo esto, ya sólo son simples conjeturas.

Desgraciadamente, el abandono forzoso y la desidia, arruinon el primer Convento. Y la quema intencionada, el segundo. Si no se efectúan pronto obras de consolidación de este edificio, habrá que decir adiós a un valioso monumento, muy querido y recordado por los hijaranos. El tiempo se encargará de ir acabando poco a poco con lo que aún queda en pie.


Autor : Enrique Garralaga Robres.

PATRIMONIO DE HÍJAR DESAPARECIDO (3) MONUMENTOS, OBRAS MAESTRAS Y DOCUMENTOS DE HÍJAR QUE SE PERDIERON PARA SIEMPRE . Autor : Enrique Garralaga Robres .



LA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR DE HÍJAR.-

Esta serie de artículos pretende recordar, especialmente a quienes son los más jóvenes, las pérdidas más importantes sufridas en el conjunto de nuestro Patrimonio histórico y artístico, que antaño fue extraordinariamente rico, mucho más de lo que hoy se imaginan la mayoría de sus habitantes actuales. Las partes (1) y (2) de esta serie, que se publicaron en “eshijar” los días 14 y 15 de noviembre de 2021, se dedicaron al Convento de Híjar, quemado intencionadamente  en 1936, y a las importantes obras artísticas que contenía.

Es ahora el momento de revisar las extraordinarias Obras Maestras que, desgraciadamente, se perdieron para siempre en otro de nuestros edificios emblemáticos: la Iglesia de Santa María la Mayor de Híjar. En esta parte (3) de la serie, y en la siguiente, recordaremos los lamentables destrozos causados en su interior, que fue totalmente arrasado por los milicianos anarquistas catalanes en julio de 1936, al comienzo de la Guerra Civil. En su intento de acabar con la sociedad existente, para construir otra radicalmente nueva, los anarquistas no dudaron en exterminar completamente cuantas obras artísticas, literarias, monumentales, archivos, bibliotecas, etc, se encontraron a su paso. Lamentablemente, esa destrucción fue acompañada también por violencia física y fusilamientos, que es mejor olvidar.

En las partes (4) y (5) de esta serie, haremos mención de la destrucción de la valiosísima documentación histórica que se guardaba en los archivos parroquiales y municipales, que fueron totalmente quemados. Y también, de las lamentables pérdidas artísticas en todas las demás iglesias, ermitas, etc, construidas por los Duques de Híjar en sus dominios.

Más adelante, dedicaremos otros capítulos al exterior de la Iglesia de Santa María la Mayor de Híjar, es decir, a la estructura de este magnífico edificio, y a las muchas transformaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos. Acostumbrados como estamos a su aspecto actual, nos parece extraño admitir que ha sufrido muchas transformaciones, de modo que su apariencia interior y exterior ha cambiado muchísimo a lo largo de los siglos.



Iglesia de Santa María la Mayor de Hijar

Fotografía 1: Aspecto actual del interior de la Iglesia Parroquial de Híjar


1.- La imagen de Cristo crucificado.- De entre las Obras Maestras desaparecidas en la Iglesia de Híjar en los trágicos sucesos de 1936, la primera que comentaremos es la que se aprecia en la fotografía siguiente. Vemos en ella una bellísima imagen de Cristo en la cruz, tallada en madera y policromada, que fue quemada, junto a casi todo lo que contenía la Iglesia. Se le conocía popularmente como “El Cristo de los milagros”.

En 1918, año en el que se tomó esta fotografía, la imagen estaba expuesta delante del Altar Mayor. Lo estaba con motivo de las desesperadas rogativas que tenían lugar entonces a causa de la mortífera epidemia mundial conocida por los historiadores como “La gripe española”, que se calcula que causó unos 20 millones de muertes en todo el mundo. En nuestro país tuvo tal magnitud que llegaron a agotarse los ataúdes en muchas ciudades españolas. Tuvo una incidencia especialmente grave en el Bajo Aragón, en donde entre Híjar y las demás poblaciones de su partido judicial, fallecieron bastantes centenares de personas en tan solo un poco más de dos meses.


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Fotografía 2: El Cristo de los Milagros

Volviendo ahora nuestra atención a esta magnífica imagen, que fue quemada en la Iglesia de Híjar, desconozco quién fue su autor y cuándo fue tallada. Según Laborda, el Padre Selleras, guardián del convento de Híjar, recomendaba la devoción a este Cristo allá por el año de 1620. Aunque nunca tuve la oportunidad de admirarla directamente, por la extraordinaria calidad que aparenta en la fotografía, por la maravillosa precisión en los detalles anatómicos, tan espléndidamente tallados: la cabeza, la caja torácica, los brazos, piernas, manos, etc, no me extrañaría que este artista fuera uno de los grandes maestros de la Edad de Oro de la escultura religiosa española.

Las imágenes de muchos Cristos crucificados, sobre todo las de la escuela castellana de imaginería, suelen tener un aspecto muy dramático, que intenta transmitir al espectador una sensación de dolor muy intenso, o de agonía. Sin embargo, y aunque esto sea una apreciación personal mía, me parece que el artista que talló esta magnífica obra maestra no pertenecía a dicha escuela castellana; lo supongo, porque creo que intentó, y consiguió, dotar a este Cristo crucificado de una apariencia que, en lugar de sufrimiento o amargura, sugiere más bien la idea de serenidad ante la muerte.

En la parte (4) siguiente se comentarán otras importantes pérdidas patrimoniales sufridas en 1936 en nuestra Iglesia.




Autor : Enrique Garralaga Robres.

PATRIMONIO DE HÍJAR DESAPARECIDO (4) MONUMENTOS, OBRAS MAESTRAS Y DOCUMENTOS DE HÍJAR QUE SE PERDIERON PARA SIEMPRE . Autor : Enrique Garralaga Robres




LA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR DE HÍJAR.-

2.- El antiguo Altar Mayor de la Iglesia de Híjar.- Mucho peor aún que la destrucción de la maravillosa imagen del Cristo crucificado, que se comentó en la parte (3), fue la quema, en la misma ocasión, de todo el retablo del Altar Mayor. Era una Obra Maestra absolutamente extraordinaria, excepcional, fechada y documentada en 1534. La talla de las figuras y de la ornamentación, de estilo renacentista italiano, así como el plan general del retablo, los realizó el genial escultor Juan de Moreto. Del dorado de las imágenes y los ornamentos, así como de las pinturas, se encargó el conocido artista Gaspar de Ortiz.

No describiré, ni incluiré más explicaciones sobre este soberbio retablo, porque ustedes pueden fácilmente, si lo desean, consultar un artículo escrito en 1934, dos años antes de la destrucción de este Altar Mayor. En él, los escultores hermanos Albareda, lo describen detalladamente y lo comentan con mucha admiración. Este artículo se publicó en “eshijar” el 8 de abril de 2022.



Fotografía 3: El antiguo retablo del Altar Mayor

Nos haremos una idea de la importancia del escultor Juan de Moreto, repasando algunos datos de su extraordinaria producción artística. Procedía de Florencia, la ciudad en la que se fraguó el estilo artístico predominante en el Renacimiento italiano. Cuando se trasladó al Reino de Aragón, intervino, junto a los mejores artistas de su tiempo, en las Catedrales de Jaca, La Seo y el Pilar, donde se conserva su obra más importante: la maravillosa sillería del coro, una de las más admiradas de toda España. También trabajó en varias Iglesias y Conventos de Zaragoza, Borja, Tauste, Sallent, Alquézar, etc. En las proximidades de Híjar, eran también obra suya, o de su taller, otros retablos de menor tamaño, como los de La Fresneda y La Cerollera, que ardieron en 1936, así como el de Belchite, que también despareció.

Para compensar en la medida de lo posible, la pérdida de esta grandiosa obra de arte en la Iglesia de Híjar, al terminar la Guerra Civil se encargó a los escultores antes citados, los hermanos Albareda, que realizaran una reproducción de este retablo, basándose en las fotografías existentes; reproducción que se terminó en 1946, y que es la que actualmente podemos ver en nuestra Iglesia.

Naturalmente, esta réplica, ni tiene el mismo valor histórico, ni tampoco el enorme valor artístico del retablo antiguo que, como todas las obras de arte extraordinarias, es prácticamente imposible de reproducir con toda fidelidad; sobre todo, cuando ya no se puede realizar una copia directa del original, sino solo a partir de fotografías o dibujos. Pero por lo menos, aún disponemos de una reproducción, bastante digna, de esta obra monumental, que nos da una idea de cómo fue originalmente.


3.- Otros objetos pertenecientes a la Iglesia de Híjar, desaparecidos.- Por desgracia, no se perdieron solamente en aquella ocasión las dos auténticas joyas comentadas hasta ahora. La hoguera en la que la que ardieron tuvo que ser de buen tamaño, porque también se quemaron entonces todos los demás altares que había en la Iglesia; entre ellos, por ejemplo, uno muy vistoso dedicado a S. Braulio, de estilo barroco, con un baldaquino rodeado de seis columnas de las llamadas “salomónicas”. También se prendió fuego a todas las imágenes que se sacaban en procesión en nuestra Semana Santa.

Sin embargo, no se tiene ninguna noticia de que fueran a parar a esta gran hoguera los numerosos cálices, patenas, crucifijos, custodias, candelabros, relicarios y muchos otros valiosos objetos de uso litúrgico, elaborados en metales preciosos, oro y plata. Ni tampoco las magníficas vestiduras de uso litúrgico de la sacristía. A pesar de la ideología presuntamente anarquista de los asaltantes de la Iglesia, y a pesar de su proclamado desdén por las riquezas materiales, estos valiosos objetos, ni se quemaron, ni tan siquiera se chamuscaron. Como el lector podrá comprender, tras el saqueo de la Iglesia, “desaparecieron” y nunca más se supo de ellos.


Fotografía 4: Tres valiosísimas casullas, que fotografió en la Iglesia de Híjar en 1909, el eminente arqueólogo Juan Cabré


4.- También ardieron los archivos parroquiales y municipales.- Esta pérdida, aunque pueda parecer que no es tan espectacular como las ya mencionadas es, sin embargo, importantísima, irreparable. Allí se perdieron para siempre datos valiosísimos sobre nuestro pasado, que hoy nos gustaría conocer. Además, muchos de los documentos antiguos que allí se guardaban, estaban escritos en pergamino, y tenían un gran valor artístico e histórico. Lo único que se conserva es una relación de los documentos que contenía el archivo parroquial, así como la transcripción de algunos de ellos, recopilados por D. Florencio Jardiel.

En otro orden de cosas, se profanaron las tumbas, y se dispersaron los restos que contenían, de dos religiosos ilustres: El Padre Selleras, franciscano, guardián del Convento de Híjar, fallecido en 1622, y Don Florencio Jardiel, sacerdote, canónigo, predicador y capellán real, escritor, historiador y académico de Bellas Artes de San Luis en Zaragoza. Había nacido en Híjar, en 1844, y falleció en Zaragoza en 1931.

Desgraciadamente, los anarquistas quemaron también por completo todos los archivos municipales, dejando “huérfanos” de valiosísimos datos sobre nuestro pasado, a todas las personas interesadas en nuestra historia. Fue otra pérdida irreparable.


Autor : Enrique Garralaga Robres.

PATRIMONIO DE HÍJAR DESAPARECIDO (5 y último) MONUMENTOS, OBRAS MAESTRAS Y DOCUMENTOS DE HÍJAR QUE SE PERDIERON PARA SIEMPRE . Autor : Enrique Garralaga Robres .



5.- Otros edificios de carácter religioso en Híjar.-

Los milicianos anarquistas que quemaron todo lo que había en el interior de nuestra Iglesia parroquial, pensaron que este edificio podría tener alguna utilidad, y servir como garage o como almacén. Por esta razón, no lo destruyeron. Tampoco se derribó la torre, sino que se le quitó el pequeño tejadillo y la cruz que la coronaba, para que así, al estar descubierta su parte superior, se pudieran instalar allí una ametralladora y un observatorio, para avistar a la aviación enemiga.

Con los demás edificios religiosos sucedió lo mismo. Las Iglesias de S. Blas, S. Antón, S. Valero, así como las Ermitas del Carmen, Sta. Bárbara, S. Isidro, S. Joaquín, etc, sufrieron la destrucción de su interior, pero no la de los correspondientes edificios, que se pensó que podrían tener alguna untilidad. Por supuesto, fueron destruidas todas las imágenes de las numerosas capillas que había repartidas por el pueblo o por el monte.

Peor suerte corrió la bonita Iglesia de S. Blas, construida en 1513 por orden de D. Luis Fernández de Híjar, Señor de la Villa e hijo del primer Duque de Híjar.


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Fotografía 5: La Iglesia de San Blas de Híjar

Los republicanos, en 1936 arrasaron su interior, pero no el edificio en sí. Sin embargo, fue el ejército de los “nacionales”, su ejército enemigo, quien lo destruyó por completo. La aviación italiana, para facilitar el avance de las tropas de Franco, bombardeó Híjar en 1938, causando la ruina de muchos edificios civiles y bastantes víctimas. No se libró la Iglesia de S. Blas, que quedó totalmente destruida. No se ha vuelto a reedificar.


PATRIMONIO DE HIJAR: IGLESIA DE SAN BLAS AÑO 1938.

Fotografía 6: La Iglesia de S. Blas tras el bombardeo


6.- Otras Iglesias construidas por los Duques de Híjar.-

Los días 15, 18 y 20 de diciembre de 2016 se publicó un artículo mío en “eshijar”, dividido en 3 partes, titulado: “Los habitantes de Híjar en 1495”. En él, comentaba que el Rey Fernando el Católico ordenó realizar un “fogaje” (hoy se dice un censo) de la población de Aragón, cuyos datos aún han llegado hasta nosotros. Estos datos son muy interesantes para los hijaranos; por ejemplo, en la entrega del 20 de diciembre de 2016 en “eshijar” aparecen los nombres y apellidos de todos los cabezas de familia que habitaban en Híjar en el año 1495. Es agradable comprobar que muchos de los apellidos que veíamos allí, aún son comunes hoy en día.

En la Villa de Híjar, hacia 1490, había 171 fuegos (casas habitadas) por cristianos, 40 fuegos musulmanes, y unos 50 fuegos judíos. Por lo tanto, en Híjar a principios del siglo XV había Iglesia, Mezquita y Sinagoga. La Iglesia y la Sinagoga aún perduran, (esta última, gracias a que se convirtió en ermita cristiana), pero de la Mezquita antigua tan solo hay noticias; no quedan ningún resto ni se sabe el lugar exacto que ocupaba.

Recordemos que entonces también pertenencían a los dominios de los Duques de Híjar las poblaciones de  La Puebla de Híjar, Vinaceite y Urrea de Gaén. Desde 1837, estos tres ultimos municipios son independientes, pero hasta entonces pertenecieron al Ducado de Híjar. En la entrega del 18 de diciembre de 2016 en “eshijar” del artículo mío que he citado antes, aparecían estos datos: en Urrea de Gaén había 52 fuegos; en la Puebla de Híjar, 69 fuegos, y en Vinaceite, 32 fuegos, absolutamente todos ellos habitados por moros. Lógicamente, en estas tres poblaciones no había ni Iglesia ni Sinagoga; solo había Mezquita.

Los judíos fueron expulsados en 1492. En 1610 ordenó el Rey Felipe III la expulsión de todos los moriscos del Reino de Aragón que no quisieran convertirse a la religión católica, lo que causó la marcha de casi todos ellos, para desesperación del II Duque de Híjar, que intentó frenar esta medida, sin conseguirlo, lo que le causó muy serios problemas económicos. Al tener que irse los moriscos, que eran gente laboriosa y no conflictiva, quedó abandonada mucha tierra productiva, además de que también emigraron muchos artesanos diestros en albañilería, tejedores, guarnicioneros, etc. 

Los Duques tuvieron que recurrir al nada fácil remedio de atraer nuevas familias cristianas a sus tierras. Los actuales habitantes de Urrea, La Puebla de Híjar y Vinaceite, no son descendientes de los moros que antaño vivieron en estos municipios, sino de los cristianos con los que se repoblaron posteriormente, a partir de la segunda mitad del siglo XVII.

Los nuevos pobladores de La Puebla de Híjar, Urrea y Vinaceite se encontraron con que eran cristianos, pero vivían en poblaciones en las que no había ninguna Iglesia. En 1758, cuando heredó todos los estados y títulos del Ducado de Híjar el IX Duque, D. Pedro de Alcántara Fernández de Híjar, que fue un prototipo de hombre ilustrado, muy interesado en las artes, las ciencias y sus aplicaciones prácticas, entre ellas la agricultura, contactó con el gran arquitecto Agustín Sanz, el mejor de su tiempo en Aragón.

Agustín Sanz fue discípulo y colaborador de Ventura Rodríguez, el autor del Museo del Prado, entre otras obras notables. Ambos colaboraron en el diseño y construcción del camarín de la Virgen y de algunas de las cúpulas de la Basílica del Pilar de Zaragoza. Agustín Sanz es el arquitecto aragonés más conocido del siglo XVIII. Fue autor de numerosas Iglesias por todo Aragón, así como de destacadas obras civiles como el Teatro Principal de Zaragoza, aunque posteriormente, éste último fue modificado.

Entre los encargos de obras religiosas que IX Duque de Híjar, D. Pedro de Alcántara Fernández de Híjar encomendó a Agustín Sanz, destacan las Iglesias de la Puebla de Híjar, Vinaceite y Urrea de Gaén, Iglesias muy notables que se construyeron entre 1766 y 1781. La de La Puebla de Híjar tiene un diseño más convencional, pero las de Urrea y Vinaceite tienen planta de forma oval, muy poco común, aunque muy del gusto del estilo imperante entonces, el barroco clasicista.

El Duque de Híjar, además de contratar al mejor arquitecto aragonés para diseñar las nuevas Iglesias de sus dominios, contó para su decoración con artistas muy destacados, como el escultor Joaquín Arali, o los pintores Ramón Bayeu y Francisco de Goya.



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Fotografía 7: La Iglesia de S. Pedro Mártir, de Urrea de Gaén


Las obras de arte que contenían estas Iglesias, tampoco se libraron del saqueo o de la quema en el trágico verano de 1936, momento en el que tuvo lugar otro episodio gravísimo de destrucción de un importante patrimonio artístico.

Ocurrió en Urrea de Gaén, de cuya Iglesia de San Pedro Mártir desaparecieron nada menos que un cuadro de Francisco de Goya, titulado “La aparición de la Virgen del Pilar al Apóstol Santiago en Zaragoza”, que al parecer, había sido un encargo personal del Duque de Híjar al famoso pintor, y también el Retablo Mayor, realizado por Ramón Bayeu, académico de Bellas Artes, cuñado y colaborador de Goya en los frescos de las cúpulas del Pilar y en otras obras importantes. Hoy, al igual que los tesoros artísticos desaparecidos de la Iglesia de Híjar, tendrían un valor incalculable.


Autor : Enrique Garralaga Robres.

domingo, 31 de diciembre de 2023

EN RECUERDO A MARUJA COLLADOS : La fascinante vida de la escritora Maruja Collados se apaga a los 99 años. Autor : Antón Castro .


                          Maruja Collados, narradora y columnista, en su casa.Guillermo Mestre.


Columnista de HERALDO desde hace medio siglo, días atrás se presentó su antología de su obra: ‘Desde mi cristal’.  La escritora Maruja Collados evoca a Baroja, Gloria Fuertes, Matute, Rosales y Agustín de Foxá.

"Mi madre se ha ido tranquila y sin sufrir. Una bendición. Ha disfrutado de ver el libro 'Desde mi cristal', la antología de sus artículos que se presentó hace unos días en la Biblioteca de Aragón, y de ver el cariño que tanta gente le ha demostrado. Lo último que leyó fue la columna que le dedicó Encarna Samitier el jueves en HERALDO", decía ayer, casi a medianoche, Luis Pérez Collados, notario e hijo de Maruja Collados (Híjar, Teruel, 1924-Zaragoza, 2023), que fallecía en paz a los 99 años.

Colaboradora de HERALDO desde los años 70, era madre también del escritor y catedrático de Derecho José María y de la actriz María Confussion. Los tres fundaron la editorial Nuevos Rumbos y ahí le publicaron su último libro, que vio con sorpresa y gratitud. 'Desde mi cristal' es una selección de sus artículos y también una suerte de autobiografía de una vida literaria fascinante. En el volumen, donde se incluyen algunos de sus cuentos y poemas, habla de su primera entrevista a Pío Baroja, que la recibió en casa y le dijo que había estado a punto de casarse con una mujer francesa, y de otros escritores, de su admiración por Juan Ramón Jiménez, de su lectura del Quijote (decía a HERALDO que le encantan "los personajes masculinos, especialmente el bachiller Sansón Carrasco") y de otras muchas cosas: Aragón, Goya, Cajal, los cementerios, Isabel de Portugal, Miguel de Unamuno, Los Amantes de Teruel, etc., la cocina o el paisaje.

Maruja cultivaba un estilo terso y poético, y poseía la facilidad de los buenos columnistas: abordada cualquier asunto y lo solventaba con su mirada, su sensibilidad, la elegancia y la pura percepción lírica. Como hacen estilistas como César González Ruano, Manuel Vicent, Rosa Montero o Mariano Gistaín.

Llevaba Teruel en el corazón, y especialmente su pueblo Hijar , donde, en un regreso desde Madrid, donde vivía, conocería a su futuro esposo, el militar Porfirio Pérez, que trabajaba en el ferrocarril. "Nos vimos y nos enamoramos. Ha sido mi único amor. He sido muy feliz con él. Recuerdo que hicimos dos preciosos viajes: uno a París, inolvidable, y otro, aún más extraordinario a Roma, del que publiqué una serie", decía hace unos con su hermana Conchita. Porfirio y Maruja se casaron en 1954, y luego se trasladaron a Zaragoza.

Maruja se retrataba así: "Del periodismo siempre me ha gustado mucho la inmediatez, contar las cosas de la vida con ese vértigo. Nunca he dejado de escribir. Empecé a colaborar en HERALDO; al principio no me decían nada. Luego, primero me publicaban mis textos en cartas al director, más tarde me dieron una sección fija. Mi vida ha estado gobernada por la poesía y la imaginación, y el periodismo me ha encantado", decía con una sonrisa.

Pero antes de fijar su residencia en Zaragoza, había vivido la que llamaba la gran experiencia cultural de su vida. Gracias a un tío suyo entró en contacto con el periodismo y la literatura. Frecuentó a grandes figuras como Agustín de Foxá, Dámaso Alonso, Cela, Gloria Fuertes, Ana María Matute o Elena Fortún, con quien organizó el ciclo 'Versos con falda'. Acudía al café Gijón y la taberna Luis Candelas.

En su última entrevista nos decía que aquella había sido una época muy feliz, aunque no lo fueron menos sus años de columnista en HERALDO. Su hijo Luis recordaba que escribió con su habitual primor hasta la pandemia.


Fuente : www.heraldo.es


 NOTA : Abajo les dejamos , con una entrevista que le realicemos, hace unos años, en la Torre de los Campillos.

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ARCHIVO ESHIJAR : CAFE CON POLVORA... Algunos recuerdos lejanos de Maruja Collados.




En el día de hoy, en nuestra sección de " Cafe con polvora ", Maruja Collados nos relata, algunos recuerdos de nuestro pueblo de hace algunas décadas, para que su recuerdo perdure, en la memoria colectiva de nuestra localidad.

EN LOS AÑOS 20 Y 30 LOS FRAILES EN EL CONVENTO DABAN CLASES A LOS NIÑOS QUE HABIA EN LAS TORRES.

Durante los años 20 y 30 , los frailes del Convento de Nuestra Señora de Los Angeles, daban clases a los niños que vivian en las torres, donde como eran muchas veces familias numerosas, siempre habia una buena concurrencia de niños. 


EL CAMINO DE LA ERMITA DEL CARMEN, SE ENSANCHO, GRACIAS A UNA GESTION QUE REALIZARON  MARIANO  LABORDA  Y VIRGILIO  MARQUESAN, ANTE EL GOBIERNO MILITAR DE TERUEL.

El camino hacia le Ermita del Carmen, antiguamente era muy estrecho.  Lo que no sabe mucha gente, es que este camino se pudo acondicionar y ensanchar, gracias a una gestión que realizaron en Teruel, Mariano Laborda y Virgilio Marquesan, ante el Gobierno Militar de Teruel, donde salierón con un cheque firmado por el Gobernador Militar, para que se iniciaran las obras del camino de la ermita.


EL BELEN QUE ELABORABAN LOS FRAILES EN EL CONVENTO.

El belen que elaboraban los frailes en el convento, era precioso, el mejor que se montaba, sin ningun genero de dudas.  Se movia el molino ( en aquellos años ) y muchas figuras que hacian las delicias de niños y mayores en un armonioso movimiento.


ANTIGUAMENTE LA PROCESION DE SUBIDA DE IMAGENES SE REALIZABA A LAS 10 DE LA MAÑANA.

Uno de mis primeros recuerdos que tengo de la Semana Santa de Hijar, es que la procesión de Subida de Imagenes, se realizaba a las 10 de la mañana del Sabado Santo.  Practicamente en 24 horas ( o menos ) se bajaban y se subian los pasos al Monte Calvario .

Desde aqui, queremos dar las gracias a Maruja Collados, por estos grandes recuerdos de nuestra localidad y quererlos compartirlos, con todos nuestros lectores. 

GRACIAS MARUJA , POR TUS COLABORACIONES , SIEMPRE MAGISTRALES EN ESHIJAR. )  D.E.P.